En memoria de mis padres
De pequeña, me gustaba sentarme en el escalón de la tienda de mis padres para ver a las novias y quinceañeras con sus vestidos largos, velos y ramos que llegaban para fotografiarse,… intentando “capturar” un instante de su “inolvidable día”… Los carros adornados de flores y listones quedaban estacionados frente al ‘Studio Yapur’ como se llamaba el “negocio” y se llama actualmente.
Así que desde mi anónima posición, distinguía las “feas” y las “bonitas”, hacía comparaciones y otorgaba lugares!
Mi casa era un laboratorio y estudio fotográfico, recuerdo los olores de reveladores y fijadores, las fotografías blanco y negro sumergidas en las charolas amarillas, el tic tac del reloj que marcaba el tiempo de las sustancias, el cuarto obscuro con su luz roja… negativos colgando con pinzas y secándose, etc. … era fenomenal.
Mamá retocaba los negativos con un lápiz de esmerada punta, larga y fina … Después, a la frescura y el silencio de la noche, trabajaba hasta la madrugada retocando los rostros de los novios y quinceañeras con colores de punta finísima, cubriendo los defectos de la piel… el resultado final era MAGICO: TODOS QUEDABAN GUAPOS! Hasta a la gente le sorprendía verse en sus fotos. Mis papás eran famosos en la región y, según mis amigas, era un sueño tener una foto de Studio Yapur.
Una vez le pregunté a mamá que hacían para que las personas (a mi juicio feas) quedaran bonitas en las fotos, … ella me dijo: -TODA PERSONA TIENE UN LADO BONITO, HAY QUE DESCUBRIRLO Y HACERLO LUCIR!-… era “la clave”, además del “maquillaje”.
DON PERICO Y DOÑA YOLA YAPUR
Algunas veces observaba el “ritual” de papá y mamá para tomar la foto… entendí porqué le llamaban “estudio”: realmente estudiaban a la persona para encontrar su mejor ángulo… el mínimo detalle era cuidado en luces, inclinaciones de cabeza, postura del cuerpo, pliegues de la ropa, manos, el cabello, la flor, el brillo de la cara… Dios mío! Había novias “delicadillas” que no aceptaban tanto cuidado, entonces mamá les decía –OK, como usted quiera, pero después no me reclame si no se gusta en la foto!- Después oía: “mire aquí y por favor no cierre los ojos”, todo se congelaba unos segundos... y después el “click”, que devolvía la respiración. Y otra vez el movimiento, cambiando alfombras, fondos, desplazando las sombrillas, cambiando los muebles… uff!
Mi primera cámara fue una ‘kodak 110’,... el primer rollo me lo gasté con el gato y el perro imitando los movimientos de mis padres y diciéndole al gato “mire aquí y sonría por favor!”… a 30 años de esas fotos, ahora me encuentro fotografiando mi mundo con una "canon" digital… lo que no dirían mis padres al ver todos los adelantos y lo que una computadora puede corregir!
En fin,... todos estos recuerdos brotaron, porque hoy vino a recoger su foto el tío de Awa (la niña Mbororo sentada en el burro del artículo anterior).
Imaginen mi sorpresa cuando el tío llegó con su caballo pidiendo una foto como la de su sobrina, … (el papá de Awa nos regaló un borrego, y de agradecimiento les di sus fotos)
El señor ya estaba ahí, con su caballo… saqué la cámara...pero entonces él también sacó de su bolsa adornos hechos de estambres, espejos y botones para vestir a su caballo!… luego se quito sus “mil y un” amuletos del cuello, se puso un chaleco negro con listones brillantes, se amarró un turbante, montó el caballo y me dijo en árabe con un “donaire” que ya estaba listo.
Yo no salía de mi sorpresa y de la simpatía que me provocaba el Mbororo en su caballo decorado… sonreí y pensé… SI ME VIERAN MIS PAPAS!
Hice varias tomas, en todas se veía bien, …yo quería que sonriera… pero imposible! …., él quería verse con la bravura de su raza, … así que en todas las tomas estuvo “serio” y mirando de lado con la ceja levantada. Cuando le entreguê las fotos, se gustó mucho, las puso espontáneamente en su pecho… y me dijo que había hecho bien “mi trabajo”!
Con Maritza y Martha nos reímos cuando les conté la “satisfacción de mi ‘cliente’», en broma decían que podría ser una fuente de ingresos para sostener nuestra misión.
No creo continuar fotografiando la familia de Awa…
Fue un regalo de Dios que me hizo recordar parte de mi historia y de la herencia de mis padres: saber observar y captar lo bello de todo!
Hay que saber disfrutar las “ironías” de la misión.
Paula =)