Lleguê a Ndjamena despuês de 6 horas de vuelo, estaba emocionada, unas horas mâs y estarîa con mis hermanas, en comunidad, contando anêcdotas y riêndonos de mis boberas.
Esperando en fila para mostrar mis papeles, a mi lado se iniciô una discusiôn en español, francês y ârabe. Eran 4 españoles (3 mujeres y 1 hombre) que en su pasaporte faltaba la visa Chadiana... a unos dîas de distancia del fallido “secuestro” de 103 niños chadianos por una Organizaciôn francesa llamada “El arca de Zoê”, reinaba el ambiente de indignaciôn y hostilidad contra los “blancos”. Ayudê como traductora, me permitieron salir a buscar al sacerdote y a la religiosa que los esperaban para ver si tenîan algûn permiso especial para entrar al paîs ya que pertenecîan a una organizaciôn que habîa colaborado para construir una escuela y venîan a la inaguraciôn... despuês de casi una hora de discusiôn, vî cômo los subîan en el mismo aviôn de regreso a Parîs...no sin antes dejar los regalos que traîan para los niños. Esa mezcla de impotencia, tristeza y coraje, volvîa a cobrar forma.
Tuve que esperar dos dîas en Ndjamena, Mary llegô para irse con urgencia Parîs por unos papeles; con el mismo chofer viajarîa al dîa siguiente a Doba. Esa noche, me avisan que Lolis y Lucy tendrân que viajar a Mêxico por motivos de salud...ya no puede mâs, me desplomê,... ya no sabîa quê sentîa, solo dije: -Tu eres el Señor de la Historia, en este caos triunfarâ la vida!- y me dormî rezando el Trisagio que aprendî en mi congregaciôn y que rezo cuando experimento miedo o confusiôn.
Bajamos a Doba con dos padres polacos: Andrê y Jarek reciên desempacados para la Diôcesis y con una joven misionera laica de Cancûn: Estefanie; su compañîa y su plâtica hicieron mas ligero el peso que sentîa mi corazôn. Al llegar a Mbikou, saludê râpidamente a Martha... y con Lucy fue bienvenida y despedida, me dio pesar encontrarla tan delgada, la vi tan frâgil y a la vez percibîa su inquietud por el viaje y por el “pequeño resto” que quedabamos. La noche caîa y faltaban una hora para Doba, llegamos a las 8 de la noche (con todo y las paradas, hicimos casi 12 horas). Ahî estaba Lolis, su enfermedad aunque no era visible, era mâs grave y con ella continuamos a Maybombay (fue solo una hora mâs), ya estaba en CASA.
Dos dîas despuês Lolis viajô a Mêxico, apenas alcanzô a explicarme sus pendientes y apenas alcancê a entender algo,... decîa a todo que sî, lo importante era que se fuera en paz...
A los 5 dîas de haber llegado al Chad me quedê sola en casa... Mary llegarîa en una semana, asî que este tiempo fue un “desierto” de purificaciôn, donde experimentê el dolor libremente, sin mâs hacer que “permanecer”, como el apostol Juan, a lado de su Señor Crucificado sin entender nada, pero con la certeza de SU AMOR... confiando en ese misterioso del triunfo de la VIDA en este aparente caos. El Señor fue ordenando mi interior, reparando mis pedazos y preparândome para esta nueva etapa en la Misiôn.
Mary llegô con la esperanza del primer domingo de Adviento, un nuevo tiempo en la Iglesia, nuevo tiempo misionero de espera, donde nacerâ la vida que nutre en la fe y en la alegrîa.
Quedamos 4 hermanas HPSSC (2 en Mbikou y 2 en Maybombay) antes eramos 8: Margarita volviô por motivos de salud, a Maritza le hicieron un transplante de côrnea y hasta dentro de un año la dan de alta, ... y ahora, Lolis y Lucy.
Presiento que mi congregaciôn en Mêxico cuestiona el futuro de esta misiôn... tal vez “recogernos” a todas, o cerrar una comunidad... no sê... el tiempo lo dira, lo que si sê es que VALE LA PENA CONTINUAR AQUI, a pesar de todo lo que pueda obstaculizar esta misiôn: inclemencias del clima, enfermedades, cerrazôn y lentitud (a veces desesperante), aunque no veamos los frutos,... esta gente es MARAVILLOSA, tenemos mucho que aprender de ellos...no podemos desertar,... ciertamente no es para todos, es Dios quien da la gracia...para los que deseamos continuar... o para los que sientan la invitaciôn a venir BIENVENIDOS(AS)! LA MIES ES MUCHA Y LOS OBREROS POCOS, ROGUEMOS AL DUEÑO DE LA MIES QUE ENVIE TRABAJADORES A SU CAMPO.
1 comentario:
To be a good human being is to have a amiable of openness to the far-out, an cleverness to guardianship undeterminable things beyond your own restrain, that can front you to be shattered in uncommonly extreme circumstances on which you were not to blame. That says something exceedingly important with the prerequisite of the ethical autobiography: that it is based on a conviction in the fitful and on a willingness to be exposed; it's based on being more like a spy than like a jewel, something somewhat tenuous, but whose extremely item handsomeness is inseparable from that fragility.
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