miércoles, 24 de marzo de 2010
VIA CRUCIS VIVIENTE
lunes, 15 de marzo de 2010
MADAM’ SIDA
NB: Las siguientes imágenes fueron escaneadas del calendario publicado por COMBONI FEM MAGAZINE quien dedica a la mujer del continente AFRICANO el año 2010 postulándola para el premio NOBEL por su grandeza y nobleza.
Me permití tomar estas imágenes, como un pequeño homenaje en el día de la mujer.
La conocí en la primera reunión de tutores del proyecto de ayuda a niños huérfanos (a causa del Sida). Era la mamá de Nicole, Natacha y Roseline.
La única mamá que acompañaba sus hijas a las clases de formación humana e intervenía dando consejos y reforzando lo que decía (bueno, al menos eso creo porque no le entendía). Me gustaba que estuviera siempre con sus hijas. Además ayudaba en la disciplina y “corriendo” a todos los curiosos que llegaban a las reuniones
Poco a poco Antonia (Antoinette) comenzó a tener “rostro” en mis referencias.
Cuando programamos el test del sida a los niños, ella fue de la primera que se apuntó para hacerse los análisis … salió negativo, Antonia no tenía sida.
Poco después vino a pedir ayuda porque se sentía mal de salud, junto con sus dos hijas mayores la llevamos al hospital, a la semana salió muy recuperada de la bronquitis que la aquejaba… para descartar otro padecimiento le volvieron a hacer el examen del VIH y salió negativo.
Seguía presentándose en las reuniones y nos saludábamos en misa, todo seguía su curso normal… hasta que nos informaron que su hija mayor de 18 años (Nicole) había fallecido a causa de una mordedura de serpiente, dejando un bebé de 2 meses. La noticia entristeció al pueblo, este tipo de accidentes se asocia a un castigo de los ancestros.
Antonia entró en depresión y continuaba con la anemia, la llevamos de nuevo al hospital… le recetaron para la anemia, los parásitos y una infección… curiosamente ella pidió que se le hiciera de nuevo el examen de sida y de nuevo salió negativo…
Conocí otra parte de su historia: después de la muerte de su marido (quien tenía sida) su único hijo varón de 17 años se suicidó… Así que esta mujer cargaba con tres muertes.
La invitamos al campamento de verano de los niños del proyecto para alejarla del ambiente de su casa y evitar que estuviera sola pensando en la muerte de su hija. Seguía decaída.
Elisabeth la señora de la cocina, queriendo contar algo, se refirió a Antonia como “Madame Sida” (que en francés suena “madam”)… le dije que Antonia no tenia Sida y que podía ayudarla en la cocina, que a su vez ella le diera consejos y la animara… y así fue “Madam Sida” ayudó y vivió tranquilamente la semana del campamento a lado de sus hijas y de otros 48 niños. Sin embargo en esos días la volvimos a llevar al hospital por un dolor en el pecho y porque no podía dormir.
Dos meses después volvió para pedir ayuda, la anemia seguía avanzado y al llevarla al hospital pidieron sangre… nadie de su familia quería darla; Lorenzo, uno de los sacerdotes suizos que trabaja en la parroquia era compatible con su grupo sanguíneo y dio una unidad… constaté con tristeza y coraje que la familia no quería hacer nada por ella.
Una semana después Antonia regresó al pueblo restablecida y nos visitó para agradecer.
Le dije que no podía estar dependiendo de nosotros, que hablara con su familia para que la apoyaran (dónde estaba la famosa solidaridad de la familia africana?). Me informé y supe que la familia no quería sostenerla en nada, … con un dinero que llegó empezamos a ayudarle dándole cada semana para que comiera bien con sus hijas. En Diciembre del 2009 volvió al hospital: anémia, parásitos y una infección, volvió a hacerse el test del sida y por 4ª vez salió negativo.
A finales de este febrero me volvieron a informar que se sentía mal, le envié el dinero para que fuera al hospital, pero ya no tenía fuerzas para hacerlo. Fuimos a su casa y la encontré terriblemente deshidratada y anémica, y ya no quería ir al hospital… además su familia decía que ya en ese estado era mejor dejarla en casa (para que ya muriera). Nadie quería acompañarla. Una señora del grupo de Alfabetización (que tiene sida) la acompañó. Lo primero que pidieron en el hospital fue sangre… dije que su familia no movía ni un dedo por ella y las personas disponibles no éramos de su grupo sanguíneo, … un señor que tenía enfermo a su hijo, al conocer la historia de “madam sida” le dio una unidad de sangre… pero no encontrábamos más… Al sexto día de internada, hablaron para decirme que no se podía hacer más. Fui por ella, la dejé en su casa y en la madrugada falleció… en el hospital le habían hecho el examen del sida y por 5ª vez salió negativo…, Antonia NO TENIA SIDA! Murió el 8 de marzo a las 4am. Y entonces, toda la familia se reunió para recibir las condolencias de la gente.
El “chisme” del pueblo fue que murió de SIDA y la familia lo sostuvo para justificar su abandono e indiferencia… para calmar su conciencia…(justificando así el miedo al contagio de un padecimiento que nunca existió)
No me presenté en el funeral, ni envié nada para los “dolientes” como la costumbre lo indica (dinero, azúcar o sorgo). Solo envié un mensaje diciendo que tenía las pruebas del hospital de que Antonia nunca tuvo sida y que murió de “abandono” crónico.
Se pelearon por las pocas pertenencias… en lugar de dejárselas a las 2 hijas de 13 y 8 años. Lamentablemente también las niñas fueron separadas,… la familia se las “repartió” para seguir “educándolas”.
No ha pasado una semana de este acontecimiento y me siento incomoda,… mezcla de rabia, tristeza, indignación… por los otros y por mi… escuchó esa vocecilla de “pudiste haber hecho más” … no le doy más vueltas, acepto este acontecimiento con todas sus sombras: ignorancia, miseria, miedo, desesperanza, indiferencia ,… como estar en el calvario viendo morir al maestro y no poder hacer nada… porque todo te rebasa…
Antonia murió el día de la mujer… , curiosamente el tema era: “alto al abuso y a la violencia contra la mujer”… un“grito” de Dios para considerar a la mujer explotada, marginada, maltratada, ignorada, abandonada…
Antonia…,
Tal vez querías tener SIDA para “entender” tu sufrimiento,
para “entender” el abandono y la indiferencia…
Te sentías castigada y merecedora de castigo,
Interpretaste las muertes como abandono.
Tal vez buscaste el SIDA como una confirmación para perder el derecho a vivir.
Y para tu desconsuelo… nunca tuviste sida!
Antonia, merecías vivir, pero no lo creíste!
Deseo de corazón que vivas eternamente en el consuelo y la ternura de Dios,
ese consuelo que te negamos en la tierra!
Acá de este"lado de la vida", seguiremos siendo testigos (o protagonistas)de miedos y cobardías,
luchando por permanecer en la luz de la esperanza,
esperanza de que un día nos abramos realmente al Dios amor del evangelio y, libres como El, nos entreguemos a los otros sin medida, desde la cruz y la resurrección.
Descansa en paz… Madam’ Sida!
Paula
Comboni Fem Magazine (mondo, donna, missione)
www.combonifem.it