En su llegada al Chad, el 01 de junio, Maritza escribe esta carta para las HPSSC en Mêxico. Agradezco la posibilidad que me regala de poder publicarla en este Blog. §§§
BIENVENIDA DE NUEVO AL CHAD MARITZA!
§§§
Comparto mi experiencia con ustedes muy queridas hermanas que me acompañaron y me hicieron sentir amada durante mi estancia en México.
“Cuando el misterio es demasiado impresionante no se puede desobedecer”. Esta frase de “El Principito” de Saint-Exupery me acompañó desde de mi llegada en el mes de junio 2007 a México, mi corazón presentía grandes acontecimientos,... Cuando hacemos nuestra visita familiar aprovechamos para hacernos un chequeo médico. El oftalmólogo me detectó un Keratocono en la cornea derecha, recomendando el trasplante. Si aceptaba la operación debía esperar mi turno para recibir la cornea de un donador de Estados Unidos, ya había tres persones en lista de espera desde hacia cuatro meses. Esta situación venía a nublar los días soleados y de agradables encuentros con hermanas, familia, amigos y sobre todo retrasaba la posibilidad de regresar al África. Experimenté la invitación de Señor de abandonarme en sus manos y de pedir con la confianza de quien sabe va obtener lo que necesita, porque se siente y se sabe amada por el Dios de la Vida en abundancia.
En este clima de amor, de dolor, pero de mucha confianza, le dije a Dios: -si quieres esto para mi, yo lo acepto, sólo te pido que la cornea llegue pronto para que en un año pueda regresar a la misión con el mismo boleto de avión...- el Señor, que no se deja ganar en generosidad, a los cinco días de haber confirmado con el doctor la operación, me regaló la cornea. Fui operada el 4 de julio 2007, en Guadalajara, donde pasé mes y medio de mi recuperación en la casa provincial. Fue una experiencia muy rica, tuve la oportunidad de conocer a varias hermanas, acompañarlas también en su enfermedad y disfrutar de la fraternidad de mi familia religiosa. !GRACIAS HERMANAS! Cuando estaba por terminar mi estancia en Guadalajara, se hizo presente la pregunta: ¿ahora que va a seguir? No me inquietaba tanto, pero sí me llevó a ser consciente de como me sentía y de lo que necesitaba. Y lo que necesitaba era una experiencia con una comunidad en uno de nuestros colegios, así hice mi segunda petición al Señor: -por favor, que mi recuperación sea en un colegio- porque después de seis años fuera de la patria hace bien convivir y enriquecerse de sus orígenes, y también fue concedido. Fui enviada al Distrito Federal, al Colegio “Las Rosas” Primaria, con hermanas con las que nunca había vivido, a quienes amé y sobre todo de quienes puede beber tanta experiencia, confianza y cariño.
Por motivos de la operación, la visita familiar la tuve que hacer en varios momentos, en los que disfrute inmensamente,… pero en los que siempre el despedirme de mi madre era terrible; la despedida más dolorosa fue después de la visita en Navidad. Mi mamá siempre se veía bien; yo presentía que algo pasaría, así recuerdo que días después de la visita y pensando que para regresar al Chad faltaban sólo cinco meses, le dije a Dios: -si tú me quieres en la misión llévame, esté como esté mi mamá, pero antes de partir concédeme la gracia de hacerle sentir que la quiero- . A los quince días de esta petición, durante mi trabajo en el colegio, recuerdo que me sentía contenta y le expresé a Dios mi “indiferencia” sobre regresar al Chad o quedarme en México, porque me sentía igual de realizada y feliz en ambos lugares. Este mismo día en la tarde llegué a la capilla para la oración de vísperas y le dije Dios: ¡aquí estoy!. Comenzando el himno, sonó el teléfono para avisarme que mi mamá estaba grave y que iban a hospitalizarla, tenía una insuficiencia renal y pulmonar, a este cuadro se le fueron añadiendo otras complicaciones durante un mes de estancia en el hospital hasta que falleció el 27 de Febrero. Después de haber acompañado a mi mamá hasta el final, ya no me quedaba más que agradecer a Dios y a mis hermanas por acompañarme en esta experiencia de amor y dolor, de muerte y de vida y prepararme ahora sin duda alguna para regresar al Chad. El día de salida coincidió con la fiesta del Sagrado Corazón, fecha bastante significativa por si sola para nosotras, pero también porque mi primer envío al Chad fue en la fiesta del Sagrado Corazón el día de mis votos perpetuos. Así que el Señor confirmaba de nuevo el envío en su corazón y en el mío.
Después de abundantes y dolorosas despedidas, llegó el día de dejar la patria y regresar a estas calurosas tierras africanas. Ahora me encuentro en la comunidad de Mbikou con Martha Gómez, donde acompañaré en la alfabetización de las mujeres, en los proyectos para discapacitados y huérfanos de sida y en algunas actividades de la catequesis de la parroquia. Juntas con las hermanas de la mision de Maybombay continuaremos esta misión en la Diôcesis de Doba.
Hermanas, gracias a todas y a cada una por toda la vida que me dieron tanto en la alegría como en el dolor durante mi estancia en México, ahora siento que regresé más acompañada, que conmigo se vinieron todas ustedes y que juntas estamos viviendo y haciendo presente el amor de Dios, ahí en la misión que a cada una se nos ha encomendado. Que Dios las bendiga en todo. ¡Hasta pronto! Y que en nuestra apertura al misterio del Amor aumentemos sin término el número de sus amigos.
Con gran cariño:
Maritza Ortega Mendoza